Y es que como ya os he contado muchas veces la mano derecha es siempre la que más problemas da. Para los pequeños, para los medianos y para los grandes. Y en mi caso, si me despisto dos meses, es lo primero es descolocárseme.
Pues, por supuesto, a una alumna de segundo es lo que más problemas le está dando. Sus deditos se quedan tiesos, sin contacto con el arco y se le separan demasiado, lo que ocasiona tensión en la muñeca y que el arco se tuerza.
En un curso aprendí que con un peluchito de esos pequeños que tenían una pinza en las manos y en los pies (¿los recordáis?), colocándolo en un palo recto cualquiera (pero finito) podías enseñarle a un alumno cómo colocar la mano y cuánto separar los dedos, pero como no encontré nada parecido por las tiendas en las que busqué y además quería colocarlo en su arco y no en un palo cualquiera, recurrí a los limpiapipas para hacer algo parecido. Este es el resultado
Como veis el sistema no es nada complicado. Dos limpiapipas enrollados en los sitios donde no debería haber dedos y cuando la niña colocó la mano automáticamente estaba bien. Volvemos a lo de siempre, no es magia, ahora ella tiene que practicar y pensar constantemente en la colocación de su mano, pero al menos tiene una guía que le ayuda y que le recuerda cómo lo tiene que hacer. Además de un papá encantador y muy comprometido que le ayuda todo el tiempo. Así da gusto.
¿Tenéis más inventos?
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