En casi todas las piezas que los alumnos tocan en el curso hay al menos un pasaje que va rápido. Con notas ligadas o sueltas. Y casi todas esas veces me encuentro alumnos que practican estos pasajes a trompicones, una y otra vez a toda velocidad. Semana tras semana repiten el proceso con el mismo resultado, el pasaje no sale, y ya os advierto, si no me hacéis caso y no lo practicáis como yo os digo no os va a salir nunca.
Pero como este post no es para desanimaros os voy a contar lo que me pasó ayer en clase con un alumno fantástico al que estoy torturando con ejercicios de mecanismo. Los ejercicios de mecanismo pretenden agilizar al máximo los dedos con ejercicios muy repetitivos de manera que luego estén más rápidos a la hora de tocar los pasajes en las obras. En concreto estábamos tocando este ejercicio de Ecole du Mécanisme op. 74 de Ch. Dancla:
Como durante la semana este chico no había estudiado demasiado, estuvimos practicándolo juntos en clase, os voy a contar todos los pasos que dimos hasta que salió el ejercicio. Lo primero es aprender las notas. Para ello siempre aconsejo este ejercicio
Es muy simple, se hacen repeticiones de las notas a aprender y luego se van reduciendo hasta que podamos tocar solo una. La idea de repetir las notas es que no se pierda la energía que el pasaje rápido necesita por tocarlo lento y tener tiempo de pensar cuál es la nota que viene a continuación. En este caso las notas a aprender son muy sencillas y este paso nos llevó poco tiempo. En pasajes más complejos el proceso será el mismo, repetir las notas hasta que podamos tocarlo como está (añadimos el ritmo cuando las notas estén claras y solo vayamos a tocar una vez cada nota). Cuando sea un pasaje más dificil, en una obra por ejemplo, es aconsejable fijar metas razonables, como aprender un compás o dos por sesión, pero no parar hasta que esté perfecto. Divide y vencerás, que dicen.
Después de aprender las notas viene la hora de dar velocidad al asunto. El metrónomo es un buen aliado, pero no vale con tocar una y otra vez subiendo la velocidad porque llegará un momento en que no podremos tocar más rápido. Para superar este momento haremos ritmos, tocando unas notas muy rápidas y luego las contrarias. Así le enseñamos a la mano a cambiar rápidamente de una a otra. Los ejercicios que yo hago son estos, aunque podréis usar cualquiera que se os ocurra.
Este ejercicio es muy fácil, se trata de tocar una nota lenta y la otra muy rápida. Fijáos en que he escrito doble puntillo y semifusa, tiene que ser realmente muy rápida la nota rápida. Primero tocaremos lento- rápido y luego rápido- lento. De esta manera aprenderemos a tocar todas las notas rápidas.
Estos son más complicados y sirven para rizar el rizo, mis alumnos saben que me encanta. Se trata de tocar una nota larga y el resto lo más rápido posible. La nota larga irá cambiando de posición en cada uno de los ejercicios. Cuanto más enrevesado sea el ejercicio que hagamos para aprender un pasaje más sencillo resultará luego tocarlo, hacedme caso.
Si además el pasaje es de esos en los que a a la dificultad de la mano izquierda hay que añadirle cambios de cuerda, ligaduras, notas sueltas y un poco de todo, también hay un ejercicio muy sencillo pero muy valioso:
Tocaremos el pasaje en martelé, cuando las notas sean sueltas y staccato cuando las notas sean ligadas, de manera que le explicaremos al brazo cuánto arco pasar para cada nota en las ligaduras y dónde están los cambios de cuerda. Si esto además lo hacemos relativamente rápido tocarlo después legato y détaché resultará muy sencillo.
Sé que suena largo y tedioso, pero en realidad hacer todos estos ejercicios en un compás no lleva más de cinco minutos y los resultados son increíbles y rápidos. Probadlo solo un día y ya me contaréis si el esfuerzo merece la pena o no.
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