Como de repente tengo muchos alumnos nuevos (¿serán propósitos de año nuevo?) estoy otra vez pensando en las primeras clases y cómo optimizar el tiempo al máximo.
El primer vicio que suelo encontrarme en los alumnos nuevos es que aprietan muchísimo la mano derecha. Esto les va a ocasionar varios problemas: el primero es que el arco se va a torcer cuando empiecen a pasarlo; el segundo que el sonido no será bonito; el tercero que la tensión ocasionada en esta mano contaminará al resto del cuerpo y el cuarto es que la tensión de la que hablamos les impedirá realizar otro tipo de golpes de arco en los que la ligereza es clave. Además de los problemas musculares que a la larga les puede ocasionar mantener dicha tensión.
Para prevenir este vicio o para solucionarlo hay una serie de ejercicios que repetidos diariamente ayudan a mejorar relajación de la muñeca y los dedos derechos rápidamente.
El primer «arco» que mis alumnos conocen y al que recurro cuando tengo algo que solucionar es un lapicero. Es un instrumento muy útil ya que tiene aproximadamente el mismo grosor que la vara del arco, con la ventaja de que no pesa. Los ejercicios que hacemos con el lápiz no podríamos hacerlos con el arco a menos que lo sostuviéramos de la punta con la otra mano. Pero aprovechando que en la primera clase lo normal es que los alumnos vengan sin instrumento, el lápiz nos permite avanzar ya desde el principio.
El primer ejercicio que les enseño es el de golpear los dedos contra el lápiz. Los tendrán que elevar ligeramente y de uno en uno (menos el anular y el meñique que golpean juntos) haciendo consciente al alumno de cada dedo de su mano.
Siguiendo con este tipo de ejercicio hay otro de mover los dedos que a los niños les gusta mucho que es el de Toro- Mariposa. En el toro levantamos los dedos índice y meñique y jugamos a toparnos y en la mariposa levantamos los dedos anular y corazón y jugamos a rozar las antenitas.
El último ejercicio que hago con los chicos es de estirar y encoger los dedos. Es el más difícil, pero si lo practican al final les sale, y les ayuda mucho a entender que después, cuando estamos tocando, los dedos también tienen que poder moverse.
Con el lapicero también podremos hacer todo tipo de movimientos de la «vida cotidiana» como imaginar que nos lavamos los dientes, que pintamos una pared o que echamos sal en la comida con un salero. Para estos ejercicios el «arco- lápiz» estará siempre bien cogido. Comprobando cada poco que el alumno continua sosteniéndolo bien y suavemente.
Pero no penséis que aquí acaba el asunto del arco. Cuando el alumno ya tiene su instrumento sumamos ejercicios con el arco de verdad. Aunque estos ejercicios que os voy a enseñar también pueden hacerse con el lápiz.
El primero es hacer un círculo grande con el brazo, primero para un lado y luego para otro manteniendo el arco paralelo al suelo. Para que los chicos tengan cuidado y lo hagan bien les digo que el arco es una atracción de feria y que la parte de arriba está lleno de personas que no pueden caerse.
Mi ejercicio favorito es el de hacer sopa. En el que además puedo incluir el del salero y el de lavarse los dientes. Consiste en hacer círculos con el brazo, igualmente hacia los dos lados, pero esta vez con el arco en vertical.
Y ya para terminar otro ejercicio que me encanta y que además de ayudar con la relajación de la mano me ayuda a explicarles como cambiarán de cuerda más adelante. Aunque en el dibujo se apoya la punta del arco sobre la mano izquierda, yo la coloco sobre el hombro izquierdo, de manera que el brazo derecho quedará en posición de tocar y el movimiento lo hará arriba y abajo el codo y el antebrazo.
Estos dibujos tan bonitos son de los libros La Viola, Iniciación de Emilio Mateu de la editorial Real Musical y Violín, Grado elemental 1, de Eva Martínez, María Teresa Castiñeira y Emilio Molina de la editorial Enclave Creativa.
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