El principio de curso es el mejor momento de todo el año. Es el mejor momento porque es ahora cuando se tienen nueve meses enteros para aprender muchísimas cosas y para planear las metas que deseamos alcanzar en junio. Y, claro, es ahora cuando hay que hablar con padres y alumnos para plantear y acordar qué cosas se van a aprender y qué metas se van a fijar.
Septiembre es un mes especialmente importante para los alumnos que piensan en hacer una prueba de acceso (a las Enseñanzas Medias o a las Enseñanzas Superiores) porque su curso se desarrollará de una manera u otra si van a pasar por el proceso o no. Hablaremos hoy de los alumnos que sí piensan presentarse a la prueba para acceder a las Enseñanzas Profesionales. Tanto estos alumnos como sus padres tienen que saber a qué tipo de examen se enfrentan. Esta prueba cambia ligeramente por Comunidades Autónomas, pero en general hay que tocar y hacer un examen de lenguaje musical. A partir de ahí toca planificar el curso y hablar claro.
No todos los alumnos llegan igual de fuertes al cuarto curso. Los más preparados tienen que saber que van bien, pero que no pueden confiarse. Los que llegan más rezagados tienen que comprometerse a trabajar duro durante los nueve meses para alcanzar el nivel deseado. Será necesario que el niño practique todos los días, esta vez sin excepción (si solo se dispone de 10 minutos, bienvenidos sean. Dan para practicar un compás) y tiene que ser muy constante en la practica de los ejercicios técnicos que su profesor le proponga. Las piezas que el alumno tocará tienen que tener la dificultad técnica requerida y para poder tocar cómodamente dichas piezas la técnica tiene que estar muy interiorizada por el niño. Si no sigue este camino, lo normal será que un niño que llega justo al cuarto curso no llegue al nivel de hacer la prueba. Igualmente, un niño que a priori lleva una mejor trayectoria puede no llegar a tiempo si no practica lo suficiente. El cambio entre el tercer curso y el cuarto es grande y los niños tienen que sentirlo desde los cursos anteriores, para llegar con ganas al curso en el que se «hacen mayores» y sobrellevar la presión.
En este momento, como ya hablaba en esta entrada debemos evitar meter miedo a los niños con el tribunal del examen. Cierto que esta vez sí van a juzgar su trabajo (en las audiciones nadie lo hace) pero pensar solo en que si se equivocan no pasarán, no les va a ayudar a no equivocarse. A la prueba se va a demostrar lo bien que se sabe tocar y el tribunal, realmente lo que quiere es que los niños estén cómodos y puedan pasar todos. En cualquier caso, a la prueba hay que tenerle respeto y eso los niños sí tienen que saberlo. Es un momento importante. Por eso si detectamos nervios también es septiembre un mes ideal para poner en práctica los trucos de los que hablé en dicho post o buscar un profesional que les ayude. Tocar siempre tiene que ser un momento en el que se lo pasen bien.
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