Sí, sí y mil veces sí. Aunque con matices, claro…
Cuando hablamos de niños muy pequeños que los padres se impliquen directamente en el aprendizaje de su hijo me parece básico, además por varias razones. El adulto aprenderá paralelamente al niño y podrá ayudarle a practicar en casa (eso supone un aprendizaje mucho más rápido que si un niño demasiado joven tiene que recordar solo la sesión de clase en casa y repetirla), el adulto se encargará de apuntar la tarea y como practicarla y el profesor no perderá tiempo en eso (se aprovecha más el tiempo de clase), al practicar con su padre en casa (digo padre pero me valen hermanos mayores, tíos…) el niño se sentirá menos «abandonado» y será un momento para compartir y generar vínculos con ese adulto (el niño estará más motivado y con más ganas de practicar).
¿Todo son ventajas?
No exactamente, hay que tener en cuenta la edad del niño, hasta los 10 años los padres en clase ayudan, más allá el niño tiene que empezar a ser responsable por sí mismo. Aprender a anotar sus tareas, a anotar como ha de practicar y empezar a desenvolverse solo en casa. Cuando voy a explicar algo completamente nuevo en clase (por ejemplo cambios de posición) sí que pido a los padres de los niños más mayores que pasen, por si hay en casa alguna duda que sean dos los que tienen la información. Más allá de casos concretos, prefiero a los niños solos al pasar esa edad. Empiezan a adentrarse en la adolescencia y de todas formas ya no van a hacer mucho caso a sus padres.
También hay que tener en cuenta la preferencia del profesor y sus posibilidades. Personalmente mi clase está abierta a todos los padres que quieran entrar, pero es mi decisión. Hay profesores que trabajan más cómodos solos con el alumno, hay clases por grupos en las que sería difícil que todos los padres estuvieran y hay aulas que suponen un serio problema de espacio. Estas cuestiones también hay que tenerlas en cuenta. De todas formas podéis preguntar al profesor si podéis pasar. Siempre respetando su decisión.
¿Cual es vuestro papel si finalmente vais a acudir a clase con el chico? Siempre no interferir. En nada. Nunca. Si el niño se «descontrola» es el profesor el que tiene que poner orden (quizá le esté dejando jugar para que desfogue un poco antes de continuar), si el niño no entiende algo es el profesor el que tiene que explicar, si al profesor no le molestan ciertos comportamientos del niño es que en su clase están permitidos esos comportamientos. Vuestro papel será únicamente colocaros de cara al profesor, es decir, mirando al niño la espalda para que no se desconcentre mirándoos y anotar las cosas que ocurren en clase, qué se ha aprendido, cómo se ha aprendido y qué se tiene que hacer en casa. Cuando la clase termine será el momento de hacer las preguntas que hayan surgido. Se trata de ayudar, no de hacer perder tiempo o molestar. Cuando los papás que acuden a mis clases no se comportan así los invito amablemente a abandonar el aula.
Contadme vuestras experiencias en los comentarios, en micorcheachiquitita@gmail.com o en el formulario de contacto.