Cada vez que un niño saca el instrumento para ponerse a practicar tiene que saber exactamente qué va a hacer y cómo. Como expliqué en la entrada Organización del tiempo de práctica el alumno tiene que ser consciente de qué se espera de él. Un esquema distribuyendo el tiempo de práctica en técnica, estudios y obras y la manera de trabajarlos les va a ayudar a superar los objetivos propuestos para la semana. Aquí acaba el trabajo del profesor y empieza el del alumno en solitario.
Un buen trabajo en casa hará que las clases se desarrollen rápidamente y el alumno avance proporcionalmente al esfuerzo que está realizando. Muchas veces me encuentro con niños en clase que practican a diario pero no avanzan. En estos casos las clases son aburridas y repetitivas, semana tras semana se trabajan las mismas cosas. No avanza proporcionalmente al esfuerzo que está invirtiendo y entonces el niño se aburre (y con razón) y se desmotiva (con más razón). ¿Qué está pasando?
Pasa que en casa practica sin cuidado, sin prestar atención a lo que está tocando. Sabe como hacerlo bien, lo tiene escrito, se lo han explicado en clase, pero tiene demasiada prisa en que todo le salga y toca rápidamente cada ejercicio o pasaje sin pararse a escuchar si realmente es como lo quiere hacer. Luego llega a clase, toca lo que sabe, y no está bien. «¿Has practicado como yo te dije?» pregunto, aunque sé la respuesta, y se hace el silencio.»¿Cómo sabes que no?» imagino que ellos se preguntan, porque era lo que me preguntaba yo. Pues no lo sé, pero es verdad, los profesores sabemos cuando nos intentan engañar. Se les ve a la legua que no han seguido las indicaciones.
Cuando era pequeña (que practicaba poco y mal) mis profesores me decían, supongo que con la paciencia perdida: «trae solo un compás, pero tráelo bien». Yo pensaba «claro, solo traigo un compás y seguro que te enfadas, es mejor tocarlo todo». A ver, un compás es muy poco para una semana, claro, pero si está tocado con cuidado, si ese compás es perfecto, es algo que hemos avanzado. Cuando un niño toca toda una página una y otra vez pero sin cuidado ni siquiera un compás estará superado. El niño de un compás ha practicado muy poco, pero ha avanzado. El niño que ha tocado sin parar pero sin cuidado ha perdido el tiempo. El niño del compás, semana tras semana avanzará y terminará el ejercicio. El otro niño, semana tras semana tocará igual y no lo superará.
Los padres de mis alumnos me preguntan cómo pueden darse cuenta ellos, que no saben nada de música, si el niño está estudiando bien o está viendo las notas pasar. Es más fácil de lo que os pueda parecer. Si para, repite, se enfada, toca una y mil veces las mismas dos notas, sale del cuarto hecho una furia porque nunca le saldrá lo que está practicando, vuelve a tocar, a parar, a repetir y a enfadarse es que sí está practicando fijando su atención en hacerlo cada vez mejor. El niño que se mete en el cuarto a practicar, toca todo en un ratito, repite canciones o ejercicios enteros sin pararse en nada en concreto y nunca se frustra es que no está haciendo un buen trabajo.
Por favor chicos, practicad bien. A los profesores nos gusta más daros la enhorabuena que la charla.
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