Muchas veces no es tan importante cuánto practicar sino cómo hacerlo para que el tiempo que se va a invertir en esto realmente merezca la pena. No hay que olvidar que el tiempo que un niño le dedica a tocar el violín o la viola es tiempo que no está jugando, así que es un tiempo muy valioso que no se puede desaprovechar.
Como expliqué en esta entrada es necesario que el niño sepa en cada sesión qué tiene que hacer, cómo y qué se espera que consiga y a partir de ahí se organizará el tiempo de práctica. Esta organización será fiel a un patrón que se repetirá continuamente. Así el niño sabe cuanto tiempo le queda para finalizar la sesión de práctica (ya que siempre es igual) y le resultará más sencillo llegar hasta el final de la misma sin cansarse. A todos nos gusta ver la luz al final del túnel, a ellos también.
A mis alumnos más pequeños yo misma les organizo el tiempo que van a practicar, con los alumnos medianos acuerdo esa organización y de los mayores espero que sean capaces de autogestionar su tiempo de práctica.
Y ahora lo importante, ¿cómo ordenar este tiempo?
Siempre planteo dos bloques principales que ocuparán aproximadamente la mitad del tiempo disponible, que a su vez se dividen en tres partes, siendo la central de estas partes más larga que las otras dos.
Estos dos bloques principales son los ejercicios técnicos y las canciones. Empezaremos por los ejercicios, que son la parte más tediosa y siempre de la misma manera: primero los ejercicios que ya sé, para comenzar de buen humor, en medio y con más cantidad de tiempo los ejercicios nuevos. Estos dos apartados vienen ya desde clase delimitados por repeticiones de un mismo ejercicio y acotados por minutos para que entiendan que repetir 10 veces un ritmo, que parece un muro insalvable, en realidad les lleva 2 minutos. Para finalizar otra vez los de repaso y los nuevos, que se tocarán solo una vez, todos seguidos, para que se den cuenta de lo bien que lo saben hacer y acabe este bloque con buen humor otra vez aunque se hayan enfadado un poco si los ejercicios nuevos no han salido a la primera. Ahora comenzará la practica del segundo bloque con los mismos pasos que el anterior pero un poco más libre. El niño tocará al principio y al final canciones ya aprendidas que le gusten mucho y en medio la canción o canciones nuevas.
Conseguimos así que toque mucho, que repase ejercicios y canciones pasadas asentando así el aprendizaje de éstas, que sepa cuánto le falta para terminar y que, aunque algo le cueste un poco, no pierda el buen humor y mañana quiera volver a tocar. Con un poco de tiempo serán grandes músicos.
Si tenéis alguna pregunta nos vemos en los comentarios, en micorcheachiquitita@gmail.com o en el formulario de contacto.