El boli verde

Como en otras ocasiones ya os he contado, mis clases no se limitan al violín y la viola en mi escuela de música, sino que también me encargo de parte de las clases de preparatorio musical. En esas clases tengo que enseñar a los chicos a leer las notas en el pentagrama y ciertas grafías, como figuras musicales, claves, etc.

Y fue el año pasado cuando me encontré con este artículo genial en el que se habla de marcar con un boli verde el trabajo bien hecho de los alumnos en lugar de marcar con rojo el mal hecho. Yo nunca he sido de marcar con rojo los errores, pero tampoco se me había ocurrido marcar con verde los aciertos. Así que armada de un boli verde que encontré por casa me fui a clase. Cuando ese día empecé a corregir la ficha les conté que solo iba a rodear las notas que más preciosas me parecían y el tema causó sensación con todos los grupos de la semana, igual que está causando sensación este año.

Rápidamente (en cosa de un par de clases) me di cuenta de que les resultaba tan emocionante tener muchas notas rodeadas que se esforzaban muchísimo para que todas sus notas fueran preciosas, incluso los alumnos que hacían las fichas con dejadez las cuidaban más. Llegaron hasta a borrar las que no habían sido rodeadas para repetirlas mejor sin que yo les mandara a hacerlo. Entonces, claro, me vine arriba y compré un montón de bolis de colores para que ellos puedan elegir también el color. De hecho se convirtió en algo tan importante en nuestro día a día que una tarde que no pude ir al trabajo mis alumnos le pidieron a mi sustituto que les marcara con colores el trabajo, para su sorpresa. A final de curso, comparando primeras fichas con las últimas se apreciaba notablemente la diferencia, mucho más que en los años anteriores a implantar «el boli verde».

Por supuesto este año sigo con el bolso lleno de bolis, en tres clases los chicos ya han entendido el proceso y enseñan orgullosos a sus papás a la salida cuántas notas les he rodeado. Y yo no puedo estar más orgullosa de sus avances. Os animo a probarlo.

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