Nunca es tarde

Desde ayer tengo una alumna nueva que empieza prácticamente desde cero. Me encantan los alumnos nuevos a los que puedo enseñar desde el principio y ayudar para que no cojan vicios, así que para mí ayer fue un buen día.

La particularidad de esta alumna, y por la que le dedico la entrada, es que es una persona adulta. Vino a clase con el antiguo instrumento de su hija y contándome que aprender música es una «espinita que tenía clavada». Sabía un poco cómo colocarse y pasar el arco, así que la clase consistió en repasar sus conocimientos previos y corregir los necesarios y avanzar rápidamente en la colocación de la mano izquierda y el primero de los dedos, así como familiarizarse con la partitura y la lectura de notas. Además hicimos varias fotos para que tenga referencias visuales al tocar en casa y las dudas que puedan surgir se reduzcan. Las clases con adultos son fantásticas porque aprenden muy rápido y, aunque no tengan la facilidad de los niños más jóvenes, entienden todo a la primera y practican en casa con mucho entusiasmo.

Al llegar a casa me quedé pensando en ella y en lo valiente que ha sido su decisión. También pensaba en la cantidad de padres que llevan a sus niños a aprender música (algunas veces incluso obligados) porque es una oportunidad que les habría encantado tener ellos y piensan, equivocadamente, que ya es tarde para aprender. Y, como he titulado la entrada de hoy «Nunca es tarde». Con la ventaja de que, como en principio, la entrada al conservatorio está descartada, pues podemos dedicarnos a tocar solo las cosas que nos apetezcan conforme la técnica adquirida nos lo vaya permitiendo. Y os aseguro que con perseverancia, la técnica se aprende rápidamente.

Así que, a esos padres que me estéis leyendo y os encontréis en esa situación, os animo a decidiros y a estudiar música. Veréis que «sacaros la espinita» en vuestro propio cuerpo os va a satisfacer mucho más que hacerlo a través de vuestros hijos.

¿Os animáis? Contádmelo en los comentarios, en micorcheachiquitita@gmail.com o en el formulario de contacto.

4 comentarios en «Nunca es tarde»

  1. Me has alegrado el día! Yo también me arrepiento de no haber disfrutado del aprendizaje de un instrumento y con el paso de los años se priorizan enseñanzas con fines laborales. Gracias!

    Responder
    • ¡Hola Annapurna! Entiendo perfectamente a que te refieres, yo misma priorizo la formación con fines laborales. Pero organizando bien el día hay tiempo para casi todo. Y desde luego no hay que dejar pasar el aprendizaje de un instrumento por considerar que se es demasiado mayor. ¡Ánimo si tienes un proyecto musical en mente!

      Responder
  2. Hola a tod@s. Soy la «persona adulta» que ha empezado a tocar el violín.
    Como reto, como terapia, como afición, como……… cada cual, que le ponga el «como» que quiera
    La música te ofrece tanto y tan bueno que, razones como la edad y tiempo, no tienen cabida. Nuestro tiempo de ocio es nuestro, y NUESTRO TIEMPO DE VIDA también, aunque a diario se nos olvide.
    Mas allá de las convenciones como ¿no eres ya muy mayor? y estereotipos creados como ¿no deberías haber empezado antes? está nuestra interés por aprender y por SER.
    Déjate sorprender por lo que eres capaz de hacer con 30, 40, 50…
    Tengo 44 años, el mes que viene cumpliré 45 y os aseguro que mi interés por aprender y dejar que la vida me sorprenda no tiene que ver con la edad que tengo.

    Responder
    • ¡Ay Elena! Muchas gracias por un comentario tan positivo. Estoy de verdad encantada de tenerte en clase. Espero que los próximos meses estén llenos de enseñanzas en los dos sentidos 🙂

      Responder
Deja un comentario